SECRETOS COMPARTIDOS





Hay cosas que tienen que ser contadas. Porque cuando uno las cuenta pueden llegar a muchas más personas de las que uno cree. No hablo de grandes hazañas, ni de situaciones imposibles. Tampoco de logros inexplicables. Yo creo que hay situaciones de todos los días, que si uno les presta atención y le encuentra las palabras justas, se transforman en secretos compartidos que duran una eternidad. 

Hablo de cosas tan simples como la receta de un pan con forma de trenza, o la fórmula mágica para que, viviendo lejos de un almacén, siempre tengas algo para salir del apuro. O de cómo una flor silvestre se puede transformar en el más lindo arreglo floral y un garabato de tu hija no tiene nada que envidiarle a Van Gogh, cuando le encontrás un lindo marco. Hablo de mirar cómo una semilla del tamaño de un grano de arroz, puede transformarse en una inmensa tomatera y regalarte ensaladas frescas todo el verano.


Son estas cosas las que quiero contar acá. Con fotos y con algunos textos, para los que quieran y se animen a leer un poco más. Sólo quiero mostrar que detrás de las cosas chiquitas de todos los días, siempre hay algo interesante qué decir. Aunque no parezca. Eso es parte de lo que aprendí en estos últimos 4 años de mi vida en el campo. Donde el silencio y la Naturaleza -muchas veces, ensordecedores- son capaces de dar lugar a historias, que si uno las mira bien de cerca, siempre merecen tener palabras que las cuenten.

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POR QUÉ ESCRIBO

POR QUÉ ESCRIBO
Porque hace bien al Alma. Porque sana. Porque me ayuda a no olvidar. Porque me ayuda a recordar. Porque a veces la gente no encuentra el orden exacto de las palabras y yo sí. Porque no siempre sé decir en voz alta. Porque me deja volar un rato y salirme del día a día. Porque algún día mis hijas van a aprender a leer. Y otro día, a escribir. Y van a ser ellas las voces detrás de este teclado y los ojos que van a mirar lo que yo algún día vi.

DETRÁS DEL LENTE

DETRÁS DEL LENTE
Todas las fotos que ven en mi blog las saco yo. Muchas las saqué con mi Cannon G10, máquina que amé y sigo amando, pero ¡ya llegó a su máximo de cliks! Me acompañó desde 2009 hasta el año pasado, que pidió un cambio. Viajó por Tailandia y por Chile; disfrutó de los mejores veranos en la playa en familia; fue testigo de nuestros miles de kilómetros en moto; nos acompañó bajando montañas de nieve; pudo ver cómo nuestra vida en el campo se fue transformando día a día; vio crecer a nuestros perros; retrató las primeras sonrisas de mis hijas. En 2015 pidió un cambio así que, por esas cosas que tiene el azar, Tere, mi íntima amiga, me vendió su Nikon 3500. Todavía no le tengo el aprecio que le tuve a la Cannon (siempre recomendaría esta máquina porque es semi profesional. Me sirvió mucho para vender fotos en las notas que me han publicado). Las demás fotos las saco (y saqué) con el Iphone 6.

ALGO DE MI

ALGO DE MI
Soy una mezcla de todo. Fui charlista de cenáculos, atleta federada, secretaria ejecutiva. Recorrí más de 5.000 kilómetros en moto por el mundo y saqué cientos de fotos desde el asiento de atrás. Caminé con górilas en Ruanda y fui pasante en Para Tí. Viví algunos días en el monte formoseño y otros tanto, en la clínica La Prairie. Soy periodista de profesión, y comunicadora, de vocación. Leí la saga completa de Harry Potter y nunca entendí a Cortázar. Tengo una huerta en mi casa y me gusta cocinar. Soy amiga, esposa, hija, hermana y madre dos niñas que me dieron vuelta el mundo. Tengo 34 años y sigo usando All Stars.