Una de las cosas que siempre llevo a los viajes largos en auto con las chiquitas es un bizcochuelo de vainilla cortado en cuadraditos, que lo voy regulando a medida que pasan las horas. En otro tupper suelo poner algunos buñuelos de arroz o de acelga, y a veces llevo unas milanesas cortadas también en pedacitos. Infaltables: papas fritas de paquete que terminan por reemplazar cualquiera de todas las cosas que enumeré ahí arriba. Juguitos y en una heladerita, yogures bebibles. Todo esto, en materia gastronómica. Después se suman las almohaditas de cada una, chupetes, Ipad (¡cargado!) con películas bajadas, y algún que otro muñeco.
Pero volvamos al bizcochuelo. Hay viajes que no queda un bocado cuando llegamos a destino. Hay otros que me lo como todo yo (como en el de la semana pasada, que directamente manejé con el tupper en mis piernas para no distraerme). Me encanta el bizcochuelo. Así, como viene, sin dulce de leche y con un poco de azúcar impalpable encima. Que quede un poco húmedo en la parte de arriba y bien esponjoso por adentro.¡Lo prefiero casi crudo que muy cocinado! El otro día, por primera vez, engañé al paquete de Exquisita e hice uno con la receta de Tefi Russo. Confieso que salió muy rico, pero que el bizcochuelo de paquete sigue siendo mi preferido. A los que sí les gustó fue a mis primos y sobrinos, que cuando llegué a la playa después de unos cientos de kilómetros de viaje, se lo comieron como si fuera la última torta en la tierra.
Les dejo la receta. Para mi la clave para que saliera bien esponjoso y húmedo fue haberlo batido mucho, mucho tiempo. Pero insisto, el de Exquisita sigue siendo mi preferido.
Ingredientes (para un molde de 24 cm)
6 huevos
200 grs de azúcar
media cucharadita de sal
200 grs de harina 0000
1 cucharadita de esencia de vainilla
Mezclar los huevos con el azúcar, la esencia y la sal, hasta llegar a una consistencia cremosa (casi blanca). Agregar la harina tamizada en dos tandas y mezclar de manera envolvente. ¡No usar batidor en esta última mezcla! Volcar en molde enharinado y enmantecado y llevar a horno de 180 grados por 40 minutos.
(Yo siempre le agrego un pocillito de agua fría en el horno, para que le dé más humedad a la cocción. Dato de mi amiga Angie, que siempre supo de mi fanatismo por los bizcochuelos).
¡Buen fin de semana para todos!
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