Mis últimos dos cumpleaños también llegaron con el recordatorio de que en 2014 me mandaron este regalito del Cielo:
Ella es mi Tania. La que llegó un 8 de diciembre en un sanatorio vacío por el feriado del Día de la Virgen. Iba a nacer hoy, 12, pero quiso la Vida que aterrizara aquel 8, más caluroso que el último jueves que cantamos ciento cincuenta mil veces su canción preferida (El feliz cumpleaños), anduvimos en la calesita del pueblo y gastamos el tobogán de la plaza. Es simpática, le gusta cantar y se enoja muuuuuuy fácil (cualquier parecido con la madre, es pura casualidad). A Tania le gustan todos los bichos: los perros, los gatos, los chimangos, las gallinas, las ovejas y los caballos. Y para ella la emoción se traduce en gritos descontrolados y bien agudos, para el gusto de los que estamos cerca. Tiene rulos como su papá y le gusta dormir como a su mamá. Andariega como pocas, el mejor GPS para encontrarla es buscar a Suri, nuestra cachorra de 5 meses, que la sigue por donde vaya. Para ella, "Ninu" es su hermana mayor. La sigue, la copia, la apabulla. Como le debe pasar a todo hermano mayor.
El jueves 8 era el cumple de una compañerita del Jardín de Mila y lo festejó en la calesita. Hacia allá fuimos las tres. |
Mis 35 llegaron en un momento de mucha cosa linda, de mucha cosa nueva, de mucho espacio adentro. Sobre todo, llegaron para recordarme que los años no se cuentan en meses, ni en días, ni en semanas. Los años se cuentan con la capacidad de poder disfrutar lo que pasa Acá, sin andar "pispeando" Allí y aprendiendo a Soltar Allá.
¡Buena semana larga para todos! Nos estábamos mal acostumbrando a estas semanitas de tres días...
0 comentarios :
Publicar un comentario