Los 35



Mis 35 años llegaron la semana pasada. Ellos, y los mil grados de calor que generalmente los acompañan. Y el cimbronazo fuerte de que ya quedan solo tres semanas para despedir este año que pasó. "Nos vemos el año que viene", escuché una vez más desde este lado del teléfono que atendió muchos menos llamados de los que hubiera querido. (Esta semana prometo ponerme al día con devolver los que quedaron en el tintero de aquel 7 de diciembre).

Mis últimos dos cumpleaños también llegaron con el recordatorio de que en 2014 me mandaron este regalito del Cielo:



Ella es mi Tania. La que llegó un 8 de diciembre en un sanatorio vacío por el feriado del Día de la Virgen. Iba a nacer hoy, 12, pero quiso la Vida que aterrizara aquel 8, más caluroso que el último jueves que cantamos ciento cincuenta mil veces su canción preferida (El feliz cumpleaños), anduvimos en la calesita del pueblo y gastamos el tobogán de la plaza. Es simpática, le gusta cantar y se enoja muuuuuuy fácil (cualquier parecido con la madre, es pura casualidad). A Tania le gustan todos los bichos: los perros, los gatos, los chimangos, las gallinas, las ovejas y los caballos. Y para ella la emoción se traduce en gritos descontrolados y bien agudos, para el gusto de los que estamos cerca. Tiene rulos como su papá y le gusta dormir como a su mamá. Andariega como pocas, el mejor GPS para encontrarla es buscar a Suri, nuestra cachorra de 5 meses, que la sigue por donde vaya. Para ella, "Ninu" es su hermana mayor. La sigue, la copia, la apabulla. Como le debe pasar a todo hermano mayor. 

El jueves 8 era el cumple de una compañerita del Jardín de Mila y lo festejó en la calesita. Hacia allá fuimos las tres.


Mis 35 llegaron en un momento de mucha cosa linda, de mucha cosa nueva, de mucho espacio adentro. Sobre todo, llegaron para recordarme que los años no se cuentan en meses, ni en días, ni en semanas. Los años se cuentan con la capacidad de poder disfrutar lo que pasa Acá, sin andar "pispeando" Allí y aprendiendo a Soltar Allá. 


¡Buena semana larga para todos! Nos estábamos mal acostumbrando a estas semanitas de tres días...






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POR QUÉ ESCRIBO

POR QUÉ ESCRIBO
Porque hace bien al Alma. Porque sana. Porque me ayuda a no olvidar. Porque me ayuda a recordar. Porque a veces la gente no encuentra el orden exacto de las palabras y yo sí. Porque no siempre sé decir en voz alta. Porque me deja volar un rato y salirme del día a día. Porque algún día mis hijas van a aprender a leer. Y otro día, a escribir. Y van a ser ellas las voces detrás de este teclado y los ojos que van a mirar lo que yo algún día vi.

DETRÁS DEL LENTE

DETRÁS DEL LENTE
Todas las fotos que ven en mi blog las saco yo. Muchas las saqué con mi Cannon G10, máquina que amé y sigo amando, pero ¡ya llegó a su máximo de cliks! Me acompañó desde 2009 hasta el año pasado, que pidió un cambio. Viajó por Tailandia y por Chile; disfrutó de los mejores veranos en la playa en familia; fue testigo de nuestros miles de kilómetros en moto; nos acompañó bajando montañas de nieve; pudo ver cómo nuestra vida en el campo se fue transformando día a día; vio crecer a nuestros perros; retrató las primeras sonrisas de mis hijas. En 2015 pidió un cambio así que, por esas cosas que tiene el azar, Tere, mi íntima amiga, me vendió su Nikon 3500. Todavía no le tengo el aprecio que le tuve a la Cannon (siempre recomendaría esta máquina porque es semi profesional. Me sirvió mucho para vender fotos en las notas que me han publicado). Las demás fotos las saco (y saqué) con el Iphone 6.

ALGO DE MI

ALGO DE MI
Soy una mezcla de todo. Fui charlista de cenáculos, atleta federada, secretaria ejecutiva. Recorrí más de 5.000 kilómetros en moto por el mundo y saqué cientos de fotos desde el asiento de atrás. Caminé con górilas en Ruanda y fui pasante en Para Tí. Viví algunos días en el monte formoseño y otros tanto, en la clínica La Prairie. Soy periodista de profesión, y comunicadora, de vocación. Leí la saga completa de Harry Potter y nunca entendí a Cortázar. Tengo una huerta en mi casa y me gusta cocinar. Soy amiga, esposa, hija, hermana y madre dos niñas que me dieron vuelta el mundo. Tengo 34 años y sigo usando All Stars.