Por donde entra la luz




"Pintá ahora, en este momento malísimo, porque sin razón clara a veces salen las cosas más lindas", le dije el otro día a una amiga artista, que me contaba que estaba apagada, sin ideas. 

Le conté lo que me pasa a mi en esos ratos que no quiero escribir porque todo parece con gusto a nada. Desde hace un tiempo escribo más que nunca en esos ratos "insulsos", enojados, tristes, vacíos, que llegan sin avisar. Mágicamente las palabras salen hasta más claras y más lindas de lo que pensaba. Y cuando salen así, sin mucho maquillaje -o con el maquillaje corrido-, llegan al resto de una manera especial.

Entonces le dije lo mismo a ella. Que probara de pintar justo ahí, aunque pareciera que lo único que va a salir de sus manos es nada. Ayer me dijo que lo probó y que le funcionó. Y que, además, el día había terminado distinto.

Bailemos, escribamos, cantemos, cocinemos, pintemos en esos ratos. Siempre va a valer la pena mirar lo que sale de adentro cuando esa página, la que está más oculta, pareciera estar en blanco. "La luz entra a través de la herida", dice la frase de Rumu. Yo agrego, que también sale a través de ella.

¡Buen jueves para todos! ¡Acá es otro día brillante de sol y sin nubes! 



Cuando escribía lo de arriba, me vino a la mente la imagen de esta "cueva sagrada" que vi hace 7 años en Tailandia. Después de caminar entre rocas y montañas oscuras, llegamos a esta grieta  donde entraba una luz divina, que además permite que crezcan árboles en ese espacio insólito. Al costado de ese altar reconstruido en honor a Buda, había ofrendas de flores, comida y muchas velas.  Siempre hay "grietas" por donde entra la Luz.


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POR QUÉ ESCRIBO

POR QUÉ ESCRIBO
Porque hace bien al Alma. Porque sana. Porque me ayuda a no olvidar. Porque me ayuda a recordar. Porque a veces la gente no encuentra el orden exacto de las palabras y yo sí. Porque no siempre sé decir en voz alta. Porque me deja volar un rato y salirme del día a día. Porque algún día mis hijas van a aprender a leer. Y otro día, a escribir. Y van a ser ellas las voces detrás de este teclado y los ojos que van a mirar lo que yo algún día vi.

DETRÁS DEL LENTE

DETRÁS DEL LENTE
Todas las fotos que ven en mi blog las saco yo. Muchas las saqué con mi Cannon G10, máquina que amé y sigo amando, pero ¡ya llegó a su máximo de cliks! Me acompañó desde 2009 hasta el año pasado, que pidió un cambio. Viajó por Tailandia y por Chile; disfrutó de los mejores veranos en la playa en familia; fue testigo de nuestros miles de kilómetros en moto; nos acompañó bajando montañas de nieve; pudo ver cómo nuestra vida en el campo se fue transformando día a día; vio crecer a nuestros perros; retrató las primeras sonrisas de mis hijas. En 2015 pidió un cambio así que, por esas cosas que tiene el azar, Tere, mi íntima amiga, me vendió su Nikon 3500. Todavía no le tengo el aprecio que le tuve a la Cannon (siempre recomendaría esta máquina porque es semi profesional. Me sirvió mucho para vender fotos en las notas que me han publicado). Las demás fotos las saco (y saqué) con el Iphone 6.

ALGO DE MI

ALGO DE MI
Soy una mezcla de todo. Fui charlista de cenáculos, atleta federada, secretaria ejecutiva. Recorrí más de 5.000 kilómetros en moto por el mundo y saqué cientos de fotos desde el asiento de atrás. Caminé con górilas en Ruanda y fui pasante en Para Tí. Viví algunos días en el monte formoseño y otros tanto, en la clínica La Prairie. Soy periodista de profesión, y comunicadora, de vocación. Leí la saga completa de Harry Potter y nunca entendí a Cortázar. Tengo una huerta en mi casa y me gusta cocinar. Soy amiga, esposa, hija, hermana y madre dos niñas que me dieron vuelta el mundo. Tengo 34 años y sigo usando All Stars.