Les paso la receta que encontré en la cuenta de @fsade con algunas variantes que sumé de Youtube. ¡Muuuuuy rica y muy fácil para los que nos gusta este postre! Me hace acordar mucho a mi hermana, que le encanta. No sabía que a mi hermano también le gustaba tanto, así que ya me encargué de comprarme un soplete chiquito para hacerle bien la costra de arriba.
Para 8 bowls de ese tamaño:
- 500 ml de leche
- 500 ml de crema
- 200 grs de azúcar (más la que después va arriba de cada bowl)
- 10 yemas (ah, sí, me olvidé de contarles este detalle jaja. Tiene muchas yemas. En casa nuestras gallinas dan 20 huevos por día así que no es mucho problema. Las claras las usan para hacer un rico merengue o para la torta de nuez que tengo publicada por ahí arriba).
- 1 cucharadita de esencia de vainilla.
Preparación:
Entibiar la leche con el azúcar. Por otro lado, batir las yemas con la crema. Ir volcando de a poco esta segunda preparación en la leche mientras revolvés. Agregar la esencia de vainilla. Poner una fuente para horno con un poco de agua y sobre eso, los bowls con la preparación. Hornear a baño María a 180 grados .(Los míos se hicieron en menos de 20 minutos. Si ven que empiezan a tomar color arriba, los sacan. Yo los saqué antes, con la consistencia de la foto).
Dejar enfriar y meter en la heladera (al menos una hora. Si es más, mejor. Yo los hice con poco tiempo y quedaron bien. Si llevan muchas horas en el frío porque los hacen de un día para el otro, lo ideal es sacarlos un poco antes de comerlos, así están a temperatura ambiente cuando los llevan a la mesa, pero NO calientes.
Ahora la parte más fiacosa si no tenés soplete: espolvorear azúcar sobre cada postre. Calentar durante un minuto una cuchara o algo de hierra y pasarlo por encima del azúcar. Si lo hacen así, les va a quedar una costra finita crocante, típica de este postre. Si tienen soplete, mejor todavía. Les cuento la próxima vez que lo haga.
¡Que tengan una linda semana!
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