Volver, otra vez



Siempre escribo de las vueltas de las vacaciones. Es que hay hay algo en ese reencuentro con lo de siempre, que me encanta. Porque es "lo de siempre", pero mirado distinto. Como si la distancia de los días y los kilómetros develara algo nuevo en lo de todos los días.

Nos fuimos de casa una madrugada de invierno. Con estrellas, niebla y mucho, mucho frío. Los árboles, pelados, sin miras de una primavera cerca. Todavía había luna. Ellas, en pijama y llenas de lagañas, entendían que empezaba el viaje y no se durmieron hasta cuatro horas después. Los primeros mates arrancan con la linterna del celular, y el cielo empieza a clarear muchos kilómetros después de haber tirado, una vez más, toda la yerba en mi lugar.

Volvimos una tarde de septiembre. Con frío, sol y con una luna inmensa en el cielo. El "cuándo llegamos" empezó 500 km antes de entrar a casa. Tania, después una maratón anormal de películas, decidió dormirse entrando al pueblo. Desde lejos se veían los primeros brotes de los álamos y los perros salieron corriendo a buscarnos. Ellas bajaron del auto y así, en pijama, se fueron a saltar en la colchoneta. Saltaron, corrieron, anduvieron en bici, todo en cuestión de minutos. Me encanta ese momento de regreso. Donde lo de siempre cobra otro sentido y donde "lo normal", deja de serlo.

¡Buen martes para todos! Ya estoy de regreso después de unas semanas "anormales" en la montaña.

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POR QUÉ ESCRIBO

POR QUÉ ESCRIBO
Porque hace bien al Alma. Porque sana. Porque me ayuda a no olvidar. Porque me ayuda a recordar. Porque a veces la gente no encuentra el orden exacto de las palabras y yo sí. Porque no siempre sé decir en voz alta. Porque me deja volar un rato y salirme del día a día. Porque algún día mis hijas van a aprender a leer. Y otro día, a escribir. Y van a ser ellas las voces detrás de este teclado y los ojos que van a mirar lo que yo algún día vi.

DETRÁS DEL LENTE

DETRÁS DEL LENTE
Todas las fotos que ven en mi blog las saco yo. Muchas las saqué con mi Cannon G10, máquina que amé y sigo amando, pero ¡ya llegó a su máximo de cliks! Me acompañó desde 2009 hasta el año pasado, que pidió un cambio. Viajó por Tailandia y por Chile; disfrutó de los mejores veranos en la playa en familia; fue testigo de nuestros miles de kilómetros en moto; nos acompañó bajando montañas de nieve; pudo ver cómo nuestra vida en el campo se fue transformando día a día; vio crecer a nuestros perros; retrató las primeras sonrisas de mis hijas. En 2015 pidió un cambio así que, por esas cosas que tiene el azar, Tere, mi íntima amiga, me vendió su Nikon 3500. Todavía no le tengo el aprecio que le tuve a la Cannon (siempre recomendaría esta máquina porque es semi profesional. Me sirvió mucho para vender fotos en las notas que me han publicado). Las demás fotos las saco (y saqué) con el Iphone 6.

ALGO DE MI

ALGO DE MI
Soy una mezcla de todo. Fui charlista de cenáculos, atleta federada, secretaria ejecutiva. Recorrí más de 5.000 kilómetros en moto por el mundo y saqué cientos de fotos desde el asiento de atrás. Caminé con górilas en Ruanda y fui pasante en Para Tí. Viví algunos días en el monte formoseño y otros tanto, en la clínica La Prairie. Soy periodista de profesión, y comunicadora, de vocación. Leí la saga completa de Harry Potter y nunca entendí a Cortázar. Tengo una huerta en mi casa y me gusta cocinar. Soy amiga, esposa, hija, hermana y madre dos niñas que me dieron vuelta el mundo. Tengo 34 años y sigo usando All Stars.