Quedarse quieto




¡Buen día! Ando desaparecida en los teclados. Lo único que estuve haciendo estos días en mis horas de "manos libres" fue completar un Excel con pedidos, pagos, formas de pago, lugares de encuentro…Y soy tan, pero tan queso con las matemáticas y las planillas que cada vez que abro el ícono verde en la computadora, me agarra taquicardia. Como cuando estaba en el colegio. Muchas veces, generalmente cuando estoy pasada de vueltas o con mucha cosa o por hacer algo que me resulta complicado, sueño que estoy en el colegio y tengo que rendir un examen de matemáticas. Soy de las que no extrañan para nada la vida escolar. Todo por culpa de los números. 

Difícil que en estos días escriba algo fuera de lo que me está pasando con esto de haber "parido" un cuarto hijo (el tercero, para los que me preguntan, es mi huerta, que en estos días aprendió lo que es ser autosuficiente, jaja). Todavía no llegué a pisar tierra firme, hacer piso y dejar que sigan bajando tantas emociones lindas. Desde amigas que se ofrecen para hacer de correos, recibir pagos, y prestarme toda la ayuda que necesite para que Tejiendo Infancia, llegue a sus casas. Hasta recibir mails de personas que no conozco y lo quieren tener con ellos. Ayer, mientras veía mi culebrón español (Velvet), uno de los personajes le decía a Ana, una diseñadora de modas que estaba lanzando su primera colección: "Soltá. Soltá tus diseños. Ya no te pertenecen. Son de tu público". Nunca tan atinadas las palabras de Don Emilio, para las que siguen esta novelita en Netflix.

Tejiendo infancia nació acá. Lejos, en el silencio del verde, rodeada de todo lo que más quiero en el mundo. Donde los días son largos, donde la lluvia marca los ánimos y donde todavía existe el fiado. Pero lo que más me asombra, es que lo quieren allá. "Donde se corta el bacalao", diría mi marido.
Donde las cosas suceden, donde está la Capital, donde están todas mis manadas, donde crecí, viajé y anduve sin parar. Se llevan un pedazo de estos aires para la ciudad. Eso me encanta.


Hay una frase que me quedó muy grabada del libro "Mujeres que corren con los lobos" , que la marqué apenas la leí en 2011 y después me empezó a llegar por todos lados. "Dicen que todo lo que nosotros estamos buscando, también nos busca a nosotros y que, si nos quedamos quietos, nos encontrará. Es algo que lleva mucho tiempo esperándonos. En cuanto llegue, no te muevas. Descansa. Ya verás lo que ocurre a continuación".

Me la repetí hasta el cansancio en aquel 2012, recién llegados al campo, y empezando a "soltar" viejos trabajos para hacer espacio. No tenía bien en claro "espacio para qué", pero yo sabía que tenía que hacer lugar para que llegara algo nuevo (además de mi primera hija, que llegó en esos meses). Sin ese aire, era imposible dar lugar a lo que quisiera venir. Cuando pensaba que nada estaba pasando y que mi "inmovilidad" me estaba vaciando, se estaba gestando esta nueva creación. La primera de muchas.

Hagamos espacio. Demos lugar. Soltemos lo que no nos sirve. Andemos livianos. Quedémosnos quietos. Y descansemos. Porque hay Algo que nos está buscando.


Esto fue en 2010, cuando todavía estábamos de novios. Siempre fue uno de mis lugares preferidos del campo. Solemos ir con las chicas a buscar caracoles y ver pájaros cuando estamos los fines de semana acá. "¿Vamos al bajo, mamá?", dice Mila.

¡Buen miércoles para todo el mundo! ¡Y gracias, gracias, gracias por el tan lindo recibimiento del libro!












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POR QUÉ ESCRIBO

POR QUÉ ESCRIBO
Porque hace bien al Alma. Porque sana. Porque me ayuda a no olvidar. Porque me ayuda a recordar. Porque a veces la gente no encuentra el orden exacto de las palabras y yo sí. Porque no siempre sé decir en voz alta. Porque me deja volar un rato y salirme del día a día. Porque algún día mis hijas van a aprender a leer. Y otro día, a escribir. Y van a ser ellas las voces detrás de este teclado y los ojos que van a mirar lo que yo algún día vi.

DETRÁS DEL LENTE

DETRÁS DEL LENTE
Todas las fotos que ven en mi blog las saco yo. Muchas las saqué con mi Cannon G10, máquina que amé y sigo amando, pero ¡ya llegó a su máximo de cliks! Me acompañó desde 2009 hasta el año pasado, que pidió un cambio. Viajó por Tailandia y por Chile; disfrutó de los mejores veranos en la playa en familia; fue testigo de nuestros miles de kilómetros en moto; nos acompañó bajando montañas de nieve; pudo ver cómo nuestra vida en el campo se fue transformando día a día; vio crecer a nuestros perros; retrató las primeras sonrisas de mis hijas. En 2015 pidió un cambio así que, por esas cosas que tiene el azar, Tere, mi íntima amiga, me vendió su Nikon 3500. Todavía no le tengo el aprecio que le tuve a la Cannon (siempre recomendaría esta máquina porque es semi profesional. Me sirvió mucho para vender fotos en las notas que me han publicado). Las demás fotos las saco (y saqué) con el Iphone 6.

ALGO DE MI

ALGO DE MI
Soy una mezcla de todo. Fui charlista de cenáculos, atleta federada, secretaria ejecutiva. Recorrí más de 5.000 kilómetros en moto por el mundo y saqué cientos de fotos desde el asiento de atrás. Caminé con górilas en Ruanda y fui pasante en Para Tí. Viví algunos días en el monte formoseño y otros tanto, en la clínica La Prairie. Soy periodista de profesión, y comunicadora, de vocación. Leí la saga completa de Harry Potter y nunca entendí a Cortázar. Tengo una huerta en mi casa y me gusta cocinar. Soy amiga, esposa, hija, hermana y madre dos niñas que me dieron vuelta el mundo. Tengo 34 años y sigo usando All Stars.