Es una buena opción


Me encantan desde que tengo uso de razón. Mi sobrina más grande, cuando tenía dos, les decía "huevos fritos". Y mis hijas no se cansaron de buscarlas este mes de noviembre que se escapó así, como así. Y con este 29 de noviembre, también pasaron 9 meses y un día desde que decidí empezar a escribir este blog, que tantos ecos lindos me trajo.

Pero volvamos a ellas. A los pequeños huevos fritos. A las símil margaritas. A las manzanillas, que en los últimos meses se encargaron de dar color a nuestras banquinas. Y que hicieron que frenara el auto una y mil veces porque Mila quería llevarlas al Jardín. Formaron parte de mis floreros, las arranqué por qué sí, y también fueron experimentos perfectos de las peques. 

Hace unos cuantos años, cuando recién arrancaba con mi carrera de periodista, recibí una invitación a un viaje que si alguna vez lo hubiera pensado, no era posible. La propuesta era viajar a Suiza, a uno de los mejores spas del mundo, a probar las nuevas instalaciones del lugar, en frente del Lago Lehman, entre los Alpes. Todo, a cambio de una nota en una revista. Ah, tenía que volar en primera clase. De locos, es poco. Más allá de lo insólito de lo que me estaba pasando, fue el puntapié para empezar mi profesión desde otro lugar. Y de darme cuenta de que podía elegir mi vida.

¿Qué tienen que ver las manzanillas en todo esto? Cada tarde, me subían al cuarto un té de manzanillas silvestres. Me encantaba porque se veían las flores que siempre me gustaron, flotando en el agua o al costado de la taza. Bueno, hace unas semanas, se me vino ese recuerdo a la mente y decidí intentar hacer lo mismo en casa. Justo encontré en un cuadernillo de Huerta que vengo coleccionando, de la revista Jardín, cómo secar las manzanillas. Así que hoy, después de esperarlas un tiempo, ya están en mi frasco para transformarse en té.

Apenas las toqué, se desarmaron. Puse una servilleta de papel y las deshice. De ahí, directo al al frasco.

Así quedaron. Listas para tomar en un té-

Este es el filtro que tengo yo. Si tienen uno más finito, o un colador chiquito, mejor. Creo que con este se me van a pasar un poco las hebras.



Para los que vayan al campo, o vivan en lugares donde crecen, lo único que tienen que hacer es cortarlas y dejarlas secar en algún lugar que corra aire. Yo la dejé arriba de la mesa de mi galería. Cuando se secan, agarran las flores y las desmenuzan, y ¡listo el pollo! Más que un té, es una infusión. Obviamente necesitan de esos mini coladores tipo filtro para tomar té, que se consiguen en todos lados, y que las fanáticas del buen té seguro lo tienen en sus casas.


Lejos de Suiza, pero bien cerca de todo aquello que se gestó en aquel viaje de equipajes livianos y de sueños que parecían imposibles, las manzanillas aparecieron otra vez en mis tardes. Como para recordarme que, más allá del paso del tiempo, elegir desde el Corazón, siempre es una buena opción.


Asi terminó esta tarde de martes. ¡Gracias, Luci, por las foto!

¡Buen fin de martes para todos!

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POR QUÉ ESCRIBO

POR QUÉ ESCRIBO
Porque hace bien al Alma. Porque sana. Porque me ayuda a no olvidar. Porque me ayuda a recordar. Porque a veces la gente no encuentra el orden exacto de las palabras y yo sí. Porque no siempre sé decir en voz alta. Porque me deja volar un rato y salirme del día a día. Porque algún día mis hijas van a aprender a leer. Y otro día, a escribir. Y van a ser ellas las voces detrás de este teclado y los ojos que van a mirar lo que yo algún día vi.

DETRÁS DEL LENTE

DETRÁS DEL LENTE
Todas las fotos que ven en mi blog las saco yo. Muchas las saqué con mi Cannon G10, máquina que amé y sigo amando, pero ¡ya llegó a su máximo de cliks! Me acompañó desde 2009 hasta el año pasado, que pidió un cambio. Viajó por Tailandia y por Chile; disfrutó de los mejores veranos en la playa en familia; fue testigo de nuestros miles de kilómetros en moto; nos acompañó bajando montañas de nieve; pudo ver cómo nuestra vida en el campo se fue transformando día a día; vio crecer a nuestros perros; retrató las primeras sonrisas de mis hijas. En 2015 pidió un cambio así que, por esas cosas que tiene el azar, Tere, mi íntima amiga, me vendió su Nikon 3500. Todavía no le tengo el aprecio que le tuve a la Cannon (siempre recomendaría esta máquina porque es semi profesional. Me sirvió mucho para vender fotos en las notas que me han publicado). Las demás fotos las saco (y saqué) con el Iphone 6.

ALGO DE MI

ALGO DE MI
Soy una mezcla de todo. Fui charlista de cenáculos, atleta federada, secretaria ejecutiva. Recorrí más de 5.000 kilómetros en moto por el mundo y saqué cientos de fotos desde el asiento de atrás. Caminé con górilas en Ruanda y fui pasante en Para Tí. Viví algunos días en el monte formoseño y otros tanto, en la clínica La Prairie. Soy periodista de profesión, y comunicadora, de vocación. Leí la saga completa de Harry Potter y nunca entendí a Cortázar. Tengo una huerta en mi casa y me gusta cocinar. Soy amiga, esposa, hija, hermana y madre dos niñas que me dieron vuelta el mundo. Tengo 34 años y sigo usando All Stars.