Tejiendo historias: Ya (casi) termina

Viajes, hijos, situaciones, momentos...La vida me está pasando corriendo. Tania ya empezó a practicar cantar el feliz cumpleaños. Para ella y para mi, que solo nos separan horas entre uno y otro. Y hablar de nuestros cumpleaños es decir fin de año.¿Qué vamos a hacer en Navidad? "Quéeeeeeee??? Navidad????". Se pasó el año. Otra vez. En qué momento... Y sí, desde el momento en que arrancó. Como siempre. Pero, ¿no les pasa que llega septiembre y de repente se hizo diciembre?

Lo lindo que tiene la vida acá, como siempre digo, es que a nuestros momentos también los van marcando la Naturaleza. No es que cuando vivíamos en Buenos Aires no lo hiciera, pero acá se escucha, se huele, se siente y se ve más. La luz de nuestro cuarto a las 7 de la mañana siempre hace que piense que me quedé dormida.

Amor y odio por los plátanos...Desde hace unos años, me empezaron a dar un poco de alergia. Las chicas aman esas pelotitas.

Las rosas enfrente de este ventanal desde el que escribo se abren,inmensas, (más desde que Mila me prometió no sacarme más pimpollos); y hay un arbusto atrás de la cocina que se llena de picaflores a toda hora. Las mariposas sobrevuelan el jardín todo el día y ni hablar del olor a jazmín en la galería de casa. Llegaron los mosquitos y, con ellos, los cien mil sapos que nos obligan a cerrar puertas o encontrarnos cada tanto con algún "Pepe" girando desubicado por casa. Abajo de la ligustrina y de un árbol caido nacen uns frutillitas silvestres que a las chicas les gusta cargar en su carretilla. En la huerta mis tomates ya prendieron con ganas; y las berenjenas y morrones están ahí, aspirando con fuerza el agua de las últimas semanas que, si Dios quiere, nos dejará en paz por un tiempo. Las frambuesas ya se van sonrojando de a poco y vamos soñando todas las cosas que queremos hacer con las frutas! ¡Qué rico! ¡Qué ganas!