El invierno de siempre



Amanecí con frío. Como todos los mortales que están leyendo este post de este lado del mundo. Amanecí con frío, pero con la suerte de remolonear entre mis sábanas más tiempo de lo normal porque tengo ayuda a la mañana y yo también decidí tomarme vacaciones de invierno. 

El pasto blanco que vi desde mi ventana me avisó que se viene un día bien de esta época. Desde temprano se escuchan las explosiones de la chimenea que consumen la leña mucho más rápido que los días menos fríos. Hay sol. De ese fuerte sin nubes ni interrupciones. Sol de invierno. Salgo de casa, con mi mochila, mis libros y mi computadora. Y con el frío seco y limpio de esta mañana, que choca mi nariz y se transforma en respiración, me voy a esas semanas de julio en mi infancia. Tengo la tentación de ir a buscar charcos escarchados. De lejos se escucha el arre de uno de los chicos de a caballo que está moviendo a un grupo de vacas con sus terneros recién nacidos.


El invierno decidido, como el otoño, también me gusta. Porque llega, pisa firma, asienta la tierra y ordena el cielo. Quema la leña y te pone pantuflas. Transforma al pasto en una alfombra que cruje y al viento, en un demonio sin piedad. Ese invierno, el de las vacaciones de mi infancia, me vino a visitar esta mañana.

¡Bienvenida sea, entonces, esta época del año!


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POR QUÉ ESCRIBO

POR QUÉ ESCRIBO
Porque hace bien al Alma. Porque sana. Porque me ayuda a no olvidar. Porque me ayuda a recordar. Porque a veces la gente no encuentra el orden exacto de las palabras y yo sí. Porque no siempre sé decir en voz alta. Porque me deja volar un rato y salirme del día a día. Porque algún día mis hijas van a aprender a leer. Y otro día, a escribir. Y van a ser ellas las voces detrás de este teclado y los ojos que van a mirar lo que yo algún día vi.

DETRÁS DEL LENTE

DETRÁS DEL LENTE
Todas las fotos que ven en mi blog las saco yo. Muchas las saqué con mi Cannon G10, máquina que amé y sigo amando, pero ¡ya llegó a su máximo de cliks! Me acompañó desde 2009 hasta el año pasado, que pidió un cambio. Viajó por Tailandia y por Chile; disfrutó de los mejores veranos en la playa en familia; fue testigo de nuestros miles de kilómetros en moto; nos acompañó bajando montañas de nieve; pudo ver cómo nuestra vida en el campo se fue transformando día a día; vio crecer a nuestros perros; retrató las primeras sonrisas de mis hijas. En 2015 pidió un cambio así que, por esas cosas que tiene el azar, Tere, mi íntima amiga, me vendió su Nikon 3500. Todavía no le tengo el aprecio que le tuve a la Cannon (siempre recomendaría esta máquina porque es semi profesional. Me sirvió mucho para vender fotos en las notas que me han publicado). Las demás fotos las saco (y saqué) con el Iphone 6.

ALGO DE MI

ALGO DE MI
Soy una mezcla de todo. Fui charlista de cenáculos, atleta federada, secretaria ejecutiva. Recorrí más de 5.000 kilómetros en moto por el mundo y saqué cientos de fotos desde el asiento de atrás. Caminé con górilas en Ruanda y fui pasante en Para Tí. Viví algunos días en el monte formoseño y otros tanto, en la clínica La Prairie. Soy periodista de profesión, y comunicadora, de vocación. Leí la saga completa de Harry Potter y nunca entendí a Cortázar. Tengo una huerta en mi casa y me gusta cocinar. Soy amiga, esposa, hija, hermana y madre dos niñas que me dieron vuelta el mundo. Tengo 34 años y sigo usando All Stars.