Chau, chau, junio



Hace muchas semanas que no escribo. En realidad, hace muchas semanas que escribo, pero no comparto. Junio me tumbó con una gripe de la que todavía intento salir y estoy como esas ranas que nadan en el agua, y le meten garra, pero siguen ahí empantanadas. Al menos ya me siento bien y puedo hablar como una persona normal (con un gancho en la nariz, jaja).

En junio anduve mucho en la ruta, muy a pesar de mi resfrío. Manejé unos cientos de kilómetros. A veces acompañada, a veces sola (¡cosa que disfruto tantísimo!), con la música a todo lo que da. En junio llovió, hizo frío, hizo calor, vi amaneceres con lunas y estrellas, y atardeceres con "aviones rosas". En junio, en el mes que el sol está más lejos de la Tierra, retomé mi huerta, sembré romeros, tomillos, perejiles y cilantros. Acomodé semillas de acelga, espinaca, lechuga, zanahorias, mostazas y rúculas. En junio, también, con tantos mocos a cuestas, nacieron nuevos proyectos laborales y se aclararon panoramas que parecían oscuros. Bailé mucho, puertas adentro. Escribí mucho, chimeneas mediante. En junio, casi julio, sufrí en carne propia el dolor de mi perra que no pudo parir sus 8 cachorros. Lloré dos días seguidos sin parar.

Ya estamos en julio. Los mocos me están empezando a dejar en paz. Suri volvió a casa. Mi huerta está sembrada y el sol ya no está tan lejos. Gracias, junio. Te espero el año que viene. Esperemos que vengas menos intenso la próxima vez. Y si no es así, acá estoy para lo que me tengas preparado.

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POR QUÉ ESCRIBO

POR QUÉ ESCRIBO
Porque hace bien al Alma. Porque sana. Porque me ayuda a no olvidar. Porque me ayuda a recordar. Porque a veces la gente no encuentra el orden exacto de las palabras y yo sí. Porque no siempre sé decir en voz alta. Porque me deja volar un rato y salirme del día a día. Porque algún día mis hijas van a aprender a leer. Y otro día, a escribir. Y van a ser ellas las voces detrás de este teclado y los ojos que van a mirar lo que yo algún día vi.

DETRÁS DEL LENTE

DETRÁS DEL LENTE
Todas las fotos que ven en mi blog las saco yo. Muchas las saqué con mi Cannon G10, máquina que amé y sigo amando, pero ¡ya llegó a su máximo de cliks! Me acompañó desde 2009 hasta el año pasado, que pidió un cambio. Viajó por Tailandia y por Chile; disfrutó de los mejores veranos en la playa en familia; fue testigo de nuestros miles de kilómetros en moto; nos acompañó bajando montañas de nieve; pudo ver cómo nuestra vida en el campo se fue transformando día a día; vio crecer a nuestros perros; retrató las primeras sonrisas de mis hijas. En 2015 pidió un cambio así que, por esas cosas que tiene el azar, Tere, mi íntima amiga, me vendió su Nikon 3500. Todavía no le tengo el aprecio que le tuve a la Cannon (siempre recomendaría esta máquina porque es semi profesional. Me sirvió mucho para vender fotos en las notas que me han publicado). Las demás fotos las saco (y saqué) con el Iphone 6.

ALGO DE MI

ALGO DE MI
Soy una mezcla de todo. Fui charlista de cenáculos, atleta federada, secretaria ejecutiva. Recorrí más de 5.000 kilómetros en moto por el mundo y saqué cientos de fotos desde el asiento de atrás. Caminé con górilas en Ruanda y fui pasante en Para Tí. Viví algunos días en el monte formoseño y otros tanto, en la clínica La Prairie. Soy periodista de profesión, y comunicadora, de vocación. Leí la saga completa de Harry Potter y nunca entendí a Cortázar. Tengo una huerta en mi casa y me gusta cocinar. Soy amiga, esposa, hija, hermana y madre dos niñas que me dieron vuelta el mundo. Tengo 34 años y sigo usando All Stars.