Pan casero de Tefi Russo




Los días de esta semana de vacaciones están ideales para cocinar. Con la excusa que desde el lunes vino una amiga a casa con el novio, anduve bastante por las hornallas mientras ellos aprovechaban a descansar del ruido del la primera mitad del año que ya pasó.

Este pan casero salió dos veces en tres días porque no puede ser máaas rico. Probé varias recetas de panes en estos años, pero decididamente me quedo con esta, la de Tefi Russo que, en vez de ponerle aceite, le pone leche y manteca. Otra cosa que aprendí con el pan (¡y con otras cosas también) es a darle el tiempo de "descanso", como dice Mila, necesario para que leve y crezca.

Les paso la receta. Está buenísima para hacerla con chicos, también. En casa desapareció durante las picadas y los desayunos de estos días.

Para una enorme unidad:
390 grs de harina 0000
1/4 de taza de agua tibia
25 grs de levadura fresca (8 de levadura seca, sino)
1 cucharada de azúcar
1 cucharada de sal
50 grs de manteca
1 taza de leche

Por un lado calentar la leche con la manteca y la sal. Por otro, la levadura con el agua tibia y la cucharada de azúcar (cubrirlo 5 minutos hasta que se arme una especie de espuma).

Mezclar la preparación de la leche con la harina y también la preparación de la esponja. Amasar un rato hasta lograr una masa lisa y pareja (y medianamente húmeda). Si ven que se les pegan los dedos, poner un poquito más de harina. Dejar tapada en un lugar cálido durante una hora, por lo menos. Yo la pongo adentro de una fuente y la cubro con una bolsa. A la hora, desgasificar (sacar el aire y amasar un rato más). Volver a dejar leudando un rato más (idealmente una hora, pero se puede hacer el tiempo que tengas). Pasado ese tiempo, volver a desgasficar y armar la forma del pan que más te guste. Meter al horno precalentando hasta lograr el color que te guste. A mi no me gusta muy quemado.



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POR QUÉ ESCRIBO

POR QUÉ ESCRIBO
Porque hace bien al Alma. Porque sana. Porque me ayuda a no olvidar. Porque me ayuda a recordar. Porque a veces la gente no encuentra el orden exacto de las palabras y yo sí. Porque no siempre sé decir en voz alta. Porque me deja volar un rato y salirme del día a día. Porque algún día mis hijas van a aprender a leer. Y otro día, a escribir. Y van a ser ellas las voces detrás de este teclado y los ojos que van a mirar lo que yo algún día vi.

DETRÁS DEL LENTE

DETRÁS DEL LENTE
Todas las fotos que ven en mi blog las saco yo. Muchas las saqué con mi Cannon G10, máquina que amé y sigo amando, pero ¡ya llegó a su máximo de cliks! Me acompañó desde 2009 hasta el año pasado, que pidió un cambio. Viajó por Tailandia y por Chile; disfrutó de los mejores veranos en la playa en familia; fue testigo de nuestros miles de kilómetros en moto; nos acompañó bajando montañas de nieve; pudo ver cómo nuestra vida en el campo se fue transformando día a día; vio crecer a nuestros perros; retrató las primeras sonrisas de mis hijas. En 2015 pidió un cambio así que, por esas cosas que tiene el azar, Tere, mi íntima amiga, me vendió su Nikon 3500. Todavía no le tengo el aprecio que le tuve a la Cannon (siempre recomendaría esta máquina porque es semi profesional. Me sirvió mucho para vender fotos en las notas que me han publicado). Las demás fotos las saco (y saqué) con el Iphone 6.

ALGO DE MI

ALGO DE MI
Soy una mezcla de todo. Fui charlista de cenáculos, atleta federada, secretaria ejecutiva. Recorrí más de 5.000 kilómetros en moto por el mundo y saqué cientos de fotos desde el asiento de atrás. Caminé con górilas en Ruanda y fui pasante en Para Tí. Viví algunos días en el monte formoseño y otros tanto, en la clínica La Prairie. Soy periodista de profesión, y comunicadora, de vocación. Leí la saga completa de Harry Potter y nunca entendí a Cortázar. Tengo una huerta en mi casa y me gusta cocinar. Soy amiga, esposa, hija, hermana y madre dos niñas que me dieron vuelta el mundo. Tengo 34 años y sigo usando All Stars.