La que está a mi izquierda


Ella, la que está a mi izquierda, es mi hermana mayor. Se llama Mercedes, como mi mamá, pero le decimos Mechi. A ella nunca le salieron las verticales como a mi, pero yo nunca pude forrar mis cuadernos como lo hacía ella. Me enseñó que hacerme el nudo de la faja del colegio era igual que hacer el de la corbata. Con 13 meses más que yo, me peinaba mejor que cualquier peluquera y era la encargada de hacer que no llegara tarde al colegio. MechiVicky, Vickymechi, nos decían. Para ellos, era igual. No veían que mis cachetes eran mucho más grandes y que sus piernas largas eran la envidia de cualquiera. Recorrimos parte del mundo juntas. Nos reímos a carcajadas de las mismas cosas y el olor a querosene nos hace acordar al tinglado del campo. A ella, la que está a mi izquierda, siempre le gustaron las plantas y lo acompañaba a mi hermano a cazar palomas. Me enseñó matemáticas y a podar las plantas en los meses sin r.  Mechi, mi hermana, también me enseñó a manejar y me enseñó a tejer. Con ella compartí la magia de mi primer embarazo y el pasillo del sanatorio que escuchó nacer a nuestros hijos con horas de diferencia. Ella, la de mi izquierda, hoy está armando sus valijas y emprende una nueva aventura a miles de kilómetros de mi casa. Solo de mi casa. Porque de todo lo demás, siempre va a estar cerca.


A las pocas horas de haber escrito el post de ahí arriba, fui a la casa de mi mamá. Tiene un cuartito chico donde ve tele y lo fue llenando de fotos en las paredes. Encontré esta de hace 13 años (13 años!!!!!) cuando viajamos juntas por Europa. Es en el Escorial, en Madrid. Hacía muuuuucho frío y, como se puede ver, había un viento terrible. 


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POR QUÉ ESCRIBO

POR QUÉ ESCRIBO
Porque hace bien al Alma. Porque sana. Porque me ayuda a no olvidar. Porque me ayuda a recordar. Porque a veces la gente no encuentra el orden exacto de las palabras y yo sí. Porque no siempre sé decir en voz alta. Porque me deja volar un rato y salirme del día a día. Porque algún día mis hijas van a aprender a leer. Y otro día, a escribir. Y van a ser ellas las voces detrás de este teclado y los ojos que van a mirar lo que yo algún día vi.

DETRÁS DEL LENTE

DETRÁS DEL LENTE
Todas las fotos que ven en mi blog las saco yo. Muchas las saqué con mi Cannon G10, máquina que amé y sigo amando, pero ¡ya llegó a su máximo de cliks! Me acompañó desde 2009 hasta el año pasado, que pidió un cambio. Viajó por Tailandia y por Chile; disfrutó de los mejores veranos en la playa en familia; fue testigo de nuestros miles de kilómetros en moto; nos acompañó bajando montañas de nieve; pudo ver cómo nuestra vida en el campo se fue transformando día a día; vio crecer a nuestros perros; retrató las primeras sonrisas de mis hijas. En 2015 pidió un cambio así que, por esas cosas que tiene el azar, Tere, mi íntima amiga, me vendió su Nikon 3500. Todavía no le tengo el aprecio que le tuve a la Cannon (siempre recomendaría esta máquina porque es semi profesional. Me sirvió mucho para vender fotos en las notas que me han publicado). Las demás fotos las saco (y saqué) con el Iphone 6.

ALGO DE MI

ALGO DE MI
Soy una mezcla de todo. Fui charlista de cenáculos, atleta federada, secretaria ejecutiva. Recorrí más de 5.000 kilómetros en moto por el mundo y saqué cientos de fotos desde el asiento de atrás. Caminé con górilas en Ruanda y fui pasante en Para Tí. Viví algunos días en el monte formoseño y otros tanto, en la clínica La Prairie. Soy periodista de profesión, y comunicadora, de vocación. Leí la saga completa de Harry Potter y nunca entendí a Cortázar. Tengo una huerta en mi casa y me gusta cocinar. Soy amiga, esposa, hija, hermana y madre dos niñas que me dieron vuelta el mundo. Tengo 34 años y sigo usando All Stars.