"El corazón en paz, ve una fiesta en cada aldea". Ese proverbio hindú lo leí hace años y no me lo olvidé más. Me viene a la mente en momentos de mucha paz, y en momentos en los que todo está dado para ser un sueño y que, sin embargo, hay algo adentro que no me deja disfrutarlo. Al final (y al principio) lo que importa es lo que pasa adentro. La fiesta la arma un corazón contento y no un escenario perfecto.
Hace varios días que vengo posteando en mi instagram (@tejiendo_historias) algunas páginas del libro "How to be a wildflower", de Katie Daisy. Un sueño por donde se lo mire. De esos libros que dan ganas de tenerlos en la cartera y abrir páginas al azar y quedarse mirando lo que hay adentro. Altamente recomendable si tienen a alguien que viaje y se los pueda comprar porque no creo que se consiga acá.
Hoy me quedé con esta página. Que en otras palabras, dice lo mismo que el proverbio hindú que me acompaña desde hace tiempo. Y lo que es mejor, tiene que ver con mi vida. La de acá en el campo y la de cuando vivía rodeada de cemento y cada tanto salíamos a viajar en moto con Nico. Una de las cosas que más disfrutaba de esos viajes era ir encontrando flores en las banquinas y guardándolas en un cuaderno, que sabe Dios dónde estará. Ahora tengo el mismo hábito, pero acá en casa, generalmente después de la lluvia o de una mañana de mucho rocío. Como dice Katie, en su libro, citando a Matisse, "There are flowers everywhere for those who want to see them" (Hay flores en todas partes para aquellos que quieren verlas). Solo es cuestión de saber mirar.
¡Buen lunes para todo el mundo!
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