No conozco a nadie



Las vestí a las dos más o menos igual. Hasta perfume les puse. Encontré la excusa para usar ese frasquito que les regalaron el año pasado y está guardado en el ropero hace tiempo. El martes pasado nos invitaron al cumpleaños de la hija de una amiga en Lincoln. Y el sábado siguiente, a otro. 

Peloteros, olor a chizito, pantalones manchados con cremas celestes (Frozen sigue siendo un hit entre las chicas), dulce de leche en las mangas de mis camisas, y cada tanto alguna charla coherente de no más de cuatro minutos con alguna mamá. Escenario repetido de las fiestitas de cumpleaños a los que, confieso, no me gusta ir. Me canso, no puedo hilar dos palabras juntas, tengo un ojo en Tania, otro en Mila y cada tanto se alinean los planetas y puedo hablar con alguien. Durante la primera hora y media,  Mila se adosa a mi y cuando nos estamos por ir, (porque todos duran dos horas, gracias a Dios), de repente se quiere quedar.


Mila con su amigo  Hilario, hijo de unos amigos nuestros, hace un tiempo, en una de sus visitas a casa





Le contaba esto a Nico el otro día. Que Tania hacía la suya y que Mila era un pegote. Se ve que la mayor  escuchó nuestra charla en la cocina y apareció de la nada y me dijo: "Es que mamá, no conocía a nadie". ¡Y tenía razón! Qué manía la nuestra, la de querer que nuestros hijos se hagan amigos de los hijos de nuestros amigos. Es ideal, es cómodo, es lindo. Sí, todo. Pero no los podemos obligar. Me hizo acordar a cuando era chica y mamá  nos llevaba a la casa de sus amigos y con mi hermana, literalmente, nos quedábamos el día entero adentro del auto porque preferíamos jugar las dos solas. Mi mamá habrá luchado un par de veces para bajarnos y después se rindió.





En un asado, con varios de los hijos de amigos nuestros.

Nadie eligió a tus amigos. ¿Por qué vos vas a elegir  los de ellos? "Andá, andá allá que están jugando chicos de tu edad", les decimos. A nadie le gusta llegar a un lugar donde no conoce a nadie. A ellos tampoco.

Hoy escribo tarde, con una en la cuna y la otra mirando Tierra de osos por enésima vez. ¡Buen fin de jueves para los que me leen esta noche!










2 comentarios :

  1. Cuanta razon! Esa mania de obligar a hacer amigos. Y la de obligar a prestar toooodos los juguetes a absolutamente todo el mundo? Ni yo presto absolutamente todo jajajaj

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    1. Jjajaja, tal cual! No había pensado en la de prestar. Mamá me obligaba a los 5 a ser amiga de la hija de una amiga. A los 17, finalmente, nos hicimos amigas solas. Íntimas!

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POR QUÉ ESCRIBO

POR QUÉ ESCRIBO
Porque hace bien al Alma. Porque sana. Porque me ayuda a no olvidar. Porque me ayuda a recordar. Porque a veces la gente no encuentra el orden exacto de las palabras y yo sí. Porque no siempre sé decir en voz alta. Porque me deja volar un rato y salirme del día a día. Porque algún día mis hijas van a aprender a leer. Y otro día, a escribir. Y van a ser ellas las voces detrás de este teclado y los ojos que van a mirar lo que yo algún día vi.

DETRÁS DEL LENTE

DETRÁS DEL LENTE
Todas las fotos que ven en mi blog las saco yo. Muchas las saqué con mi Cannon G10, máquina que amé y sigo amando, pero ¡ya llegó a su máximo de cliks! Me acompañó desde 2009 hasta el año pasado, que pidió un cambio. Viajó por Tailandia y por Chile; disfrutó de los mejores veranos en la playa en familia; fue testigo de nuestros miles de kilómetros en moto; nos acompañó bajando montañas de nieve; pudo ver cómo nuestra vida en el campo se fue transformando día a día; vio crecer a nuestros perros; retrató las primeras sonrisas de mis hijas. En 2015 pidió un cambio así que, por esas cosas que tiene el azar, Tere, mi íntima amiga, me vendió su Nikon 3500. Todavía no le tengo el aprecio que le tuve a la Cannon (siempre recomendaría esta máquina porque es semi profesional. Me sirvió mucho para vender fotos en las notas que me han publicado). Las demás fotos las saco (y saqué) con el Iphone 6.

ALGO DE MI

ALGO DE MI
Soy una mezcla de todo. Fui charlista de cenáculos, atleta federada, secretaria ejecutiva. Recorrí más de 5.000 kilómetros en moto por el mundo y saqué cientos de fotos desde el asiento de atrás. Caminé con górilas en Ruanda y fui pasante en Para Tí. Viví algunos días en el monte formoseño y otros tanto, en la clínica La Prairie. Soy periodista de profesión, y comunicadora, de vocación. Leí la saga completa de Harry Potter y nunca entendí a Cortázar. Tengo una huerta en mi casa y me gusta cocinar. Soy amiga, esposa, hija, hermana y madre dos niñas que me dieron vuelta el mundo. Tengo 34 años y sigo usando All Stars.