Retirarse de la escena



Cuando tu hija de 3 años te dice: "Mamá, calmate, nos estás asustando", y después te dice que te acerques y te da un abrazo y te pide perdón, mientras vos llorás desconsolada por el grito que les acabás de pegar  (con portazo incluido), hay algo que está fuera de lugar. Mi paciencia, por un lado. Mi incapacidad de retirarme de la escena a tiempo, por otro.

Sólo bastó con que la más chiquita tirara un vaso de agua entero en su cuarto para que se me desalinearan los jugadores de la cabeza y yo les gritara como si hubiera metido la cabeza en el horno (juro que en cualquier momento lo puede llegar a hacer). Antes del vaso, había sido la azucarera, y antes, unos frasquitos que tengo en mi mesa del comedor."¡¡¡¡Bastaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!Me cansaron las dos!!!!!" Mila, que venía lloriqueando por deporte nomás, como estas últimas semanas, se quedó helada y después me dijo lo que describí arriba. Tania me miró, hizo puchero y se puso a llorar. (Yo también me hubiera puesto a llorar si mi mamá me hablara así). Yo, "la adulta" de la escena, me senté en el piso, me apoyé contra la pared, y también me puse a llorar mientras les pedía perdón. La mayor me daba palmaditas en la espalda y me decía "te perdono". Señal de que a pesar de mi exabrupto, todo estaba bien.


Todavía no sé cómo hacer cuando me llevan a estos lugares insospechados de intolerancia. El lunes a la tarde, cuando pasó esto, me daban ganas de cerrar la puerta y que explotara todo en el aire. Eran las 3 de la tarde y todavía me quedaban mil horas de juego antes de encarar baños, comidas y dormidas. Por suerte Nico volvió temprano y se hizo cargo de los tres ítems que arrancan a las 6 y media de la tarde. 

Me bastó con salir a dar una vuelta, meterme en la huerta un tiempito, y respirar aire nuevo y frío para recuperarme un poco. Más que nada para perdonarme porque soy una humana mamá que pierde la paciencia mucho más de lo que querría. Y entender que eso también está bien. La próxima vez, antes de dar un portazo, voy a intentar retirarme de la escena. No sé si llegaré a tiempo, pero al menos lo voy a intentar.

¡Primavera, ya estás cerca! Buen jueves para todo el mundo y  a disfrutar de este día de sol. 








1 comentarios :

 

POR QUÉ ESCRIBO

POR QUÉ ESCRIBO
Porque hace bien al Alma. Porque sana. Porque me ayuda a no olvidar. Porque me ayuda a recordar. Porque a veces la gente no encuentra el orden exacto de las palabras y yo sí. Porque no siempre sé decir en voz alta. Porque me deja volar un rato y salirme del día a día. Porque algún día mis hijas van a aprender a leer. Y otro día, a escribir. Y van a ser ellas las voces detrás de este teclado y los ojos que van a mirar lo que yo algún día vi.

DETRÁS DEL LENTE

DETRÁS DEL LENTE
Todas las fotos que ven en mi blog las saco yo. Muchas las saqué con mi Cannon G10, máquina que amé y sigo amando, pero ¡ya llegó a su máximo de cliks! Me acompañó desde 2009 hasta el año pasado, que pidió un cambio. Viajó por Tailandia y por Chile; disfrutó de los mejores veranos en la playa en familia; fue testigo de nuestros miles de kilómetros en moto; nos acompañó bajando montañas de nieve; pudo ver cómo nuestra vida en el campo se fue transformando día a día; vio crecer a nuestros perros; retrató las primeras sonrisas de mis hijas. En 2015 pidió un cambio así que, por esas cosas que tiene el azar, Tere, mi íntima amiga, me vendió su Nikon 3500. Todavía no le tengo el aprecio que le tuve a la Cannon (siempre recomendaría esta máquina porque es semi profesional. Me sirvió mucho para vender fotos en las notas que me han publicado). Las demás fotos las saco (y saqué) con el Iphone 6.

ALGO DE MI

ALGO DE MI
Soy una mezcla de todo. Fui charlista de cenáculos, atleta federada, secretaria ejecutiva. Recorrí más de 5.000 kilómetros en moto por el mundo y saqué cientos de fotos desde el asiento de atrás. Caminé con górilas en Ruanda y fui pasante en Para Tí. Viví algunos días en el monte formoseño y otros tanto, en la clínica La Prairie. Soy periodista de profesión, y comunicadora, de vocación. Leí la saga completa de Harry Potter y nunca entendí a Cortázar. Tengo una huerta en mi casa y me gusta cocinar. Soy amiga, esposa, hija, hermana y madre dos niñas que me dieron vuelta el mundo. Tengo 34 años y sigo usando All Stars.