Sopa de coliflor



Hay tres cosas que pasan en casa cuando se acerca septiembre. Empieza el calor, empiezan mis mañanas en la galería y empieza el viento. Hace unas semanas escribí cómo se viven acá, más allá de los meses, los ciclos de cada cosa. Es de manual que a fines de agosto se levanten estos vientos huracanados (bastante molestos, por cierto), como es de manual, que a mediados de octubre, bajen una vez más.

Lo que más me gusta, a pesar del viento, es que septiembre me avisa que voy a poder escribir desde acá. En esta mesa de madera donde mis suculentas y bichos de hierro solían ser los dueños del lugar. Una guitarra de plástico, un muñeco verde y varias pelotas de colores les están disputando el mando en estas fechas. Mientras me dejen estos centímetros donde entre mi computadora y mi café con leche, y que en semanas pueda oler a jazmín, seguirán estando ahí.

En esta mañana de miércoles, con pocas luces y poco sueño por el nuevo baile de mis niñas de ayer, les dejo una receta de EL coliflor que saqué de mi huerta la semana pasada. Obviamente, a los que nos les gustan los coles, déjenla pasar. A los demás, es una rica receta de sopa, para los últimos fríos de este 2016 lleno de magia.¡Buen miércoles para todos!

Sopa de coliflor y cebolla
(con estas cantidades serví 5 platos chicos)
1 planta de coliflor
1 cebolla
1 caldo de verdura
400 ml de leche
Perejil
Almendras (opcional)
Aceite de oliva

Picar la cebolla y ponerla en una olla con aceite de oliva. Cuando esté blanda agregar el coliflor sin los tronquitos (se pueden dejar un poco, pero lo más rico son las flores),  la leche y el caldo. Cerrar la cacerola y dejar que se cocine a fuego bajo por 20 minutos (o cuando vean que el coliflor ya está cocido). Si la leche se consume mucho, agregar un poco más. Apagar el fuego, licuar o procesar con minipymer hasta lograr la consistencia deseada (una vez más, si la ven muy sólida, agregar o leche o crema de leche a gusto). A mi me gusta dejarle pedazos más grandes y que se sienta el coliflor. Y a mi degustadora oficial y fanática del brócoli y el coliflor, ¡también! Servir con almendras picadas encima (yo no tenía) y con un poquito de perejil.



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POR QUÉ ESCRIBO

POR QUÉ ESCRIBO
Porque hace bien al Alma. Porque sana. Porque me ayuda a no olvidar. Porque me ayuda a recordar. Porque a veces la gente no encuentra el orden exacto de las palabras y yo sí. Porque no siempre sé decir en voz alta. Porque me deja volar un rato y salirme del día a día. Porque algún día mis hijas van a aprender a leer. Y otro día, a escribir. Y van a ser ellas las voces detrás de este teclado y los ojos que van a mirar lo que yo algún día vi.

DETRÁS DEL LENTE

DETRÁS DEL LENTE
Todas las fotos que ven en mi blog las saco yo. Muchas las saqué con mi Cannon G10, máquina que amé y sigo amando, pero ¡ya llegó a su máximo de cliks! Me acompañó desde 2009 hasta el año pasado, que pidió un cambio. Viajó por Tailandia y por Chile; disfrutó de los mejores veranos en la playa en familia; fue testigo de nuestros miles de kilómetros en moto; nos acompañó bajando montañas de nieve; pudo ver cómo nuestra vida en el campo se fue transformando día a día; vio crecer a nuestros perros; retrató las primeras sonrisas de mis hijas. En 2015 pidió un cambio así que, por esas cosas que tiene el azar, Tere, mi íntima amiga, me vendió su Nikon 3500. Todavía no le tengo el aprecio que le tuve a la Cannon (siempre recomendaría esta máquina porque es semi profesional. Me sirvió mucho para vender fotos en las notas que me han publicado). Las demás fotos las saco (y saqué) con el Iphone 6.

ALGO DE MI

ALGO DE MI
Soy una mezcla de todo. Fui charlista de cenáculos, atleta federada, secretaria ejecutiva. Recorrí más de 5.000 kilómetros en moto por el mundo y saqué cientos de fotos desde el asiento de atrás. Caminé con górilas en Ruanda y fui pasante en Para Tí. Viví algunos días en el monte formoseño y otros tanto, en la clínica La Prairie. Soy periodista de profesión, y comunicadora, de vocación. Leí la saga completa de Harry Potter y nunca entendí a Cortázar. Tengo una huerta en mi casa y me gusta cocinar. Soy amiga, esposa, hija, hermana y madre dos niñas que me dieron vuelta el mundo. Tengo 34 años y sigo usando All Stars.