Me encanta cuando los chicos hacen este tipo de descubrimientos y les pueden poner palabras. Lo más genial es que es verdad que las estrellas flotan en el Universo. Ella ya es una niña. Se va a dormir y sigue siendo un bebé con sus mil almohadas y su chupete. A la noche se levanta sola para ir al baño, tira la cadena, vuelve a acostarse solita. Con su chupete y sus mil almohadas. Se hace de día, amanece y se transforma en una persona en miniatura, que razona, que piensa, que inventa canciones, que me miente para que no la rete, que me esconde lo que rompe así no le digo nada. Es chiquita y grande a la vez. Lo noto más cuando a la mañana, antes de salir al Jardín le digo: "Sos muy grande para ir al cole con chupete". Y al minuto le digo que todavía es muy chiquita para prender el fuego sola.
¿En qué quedamos?
Me acuerdo que odiaba cuando me decían eso de sos muy chica para, o sos muy grande para. Quizás sea el momento de entender que la medida de la adultez y de la niñez está en otra parte y no en los años ni en la altura. O, mejor dicho, de dejar de decirles esa frase que cambia según la estación.
Con este post, me retiro por unos días del blog, a disfrutar del frío del Sur de nuestro país en familia. ¡Que tengan un Buen fin de semana!
0 comentarios :
Publicar un comentario