El olor a querosene me hace acordar al tinglado del campo donde vivíamos cuando éramos chicos. El café de filtro, a mi primer trabajo. El de la fotocopia recién impresa, a mi segundo trabajo. La mezcla de chimenea con comida casera (el que últimamente hay en casa), a mis vacaciones de invierno. El olor a tierra mojada y a pasto recién cortado, a mis veranos de infancia. El olor a colonia de bebé, a mis primos chiquitos recién salidos de sus baños.
De las cosas que más me gusta de tener esta "memoria de nariz" es que cuando me viene un recuerdo, se lo cuento a mi hermana y a ella la lleva a exactamente al mismo lugar. Entonces, esos aromas, que nunca sé si fueron inventados en mi cabeza, si fueron parte de algún sueño o de algún cuento que escuché, terminan siendo parte de historias chiquitas de nuestra propia infancia. Toman forma y me gusta saber que existieron.
¿Tienen aromas que los lleven a distintos lados? ¿Adónde los lleva ustedes el olor del pasto recién cortado? ¿El olor a mar, el olor a lluvia…?
¡Buena semana para todo el mundo! Sigamos coleccionando recuerdos todos los días y disfrutando de esta última semana de vacaciones de los más chiquitos, que nos obligan a cambiar horarios e inventar programas distintos.
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