3 de mayo




Mi papá se murió cuando yo tenía 6 años y medio, un 3 de mayo de 1988. Yo estaba aprendiendo a leer y a escribir.Iba a primer grado de un colegio en Necochea, usaba una túnica gris y un sweater verde todos los días. A la tarde, después de hora, me quedaba en clases de gimnasia artística con mi hermana. Hacía medialunas y verticales y me gustaba hacer el "conejito", dando pataditas para atrás con las dos manos sobre el piso.

Ese año aprendí a hacer ñoquis con mis compañeros del colegio. Me acuerdo de que
los hicimos en los bancos y nos quedamos un rato más en la clase. Que el señor del
colectivo naranja estaba un poco enojado porque llegamos tarde. Mi compañera de
banco se llamaba Karina y un día se hizo pis al lado mío, pero no se animó a decirle a
la maestra. Le dije yo. Tenía un compañerito que se llamaba Germán y que era tartamudo.Le robé su tijera naranja, que apareció mil años más tarde en algún cajón perdido en nuestro
departamento de Buenos Aires. En primer grado
también aprendí a decir Güter Morguen, que es buen día en alemán. Y cuando cumplí siete años aprendí a decir Good Morning, que es
buen día en inglés, porque nos fuimos a vivir a Buenos Aires, un poco menos de un año
después del accidente de papá.

Hoy se cumplen 28 años de aquel día que nuestros días tomaron un rumbo distinto. Ni mejor, ni peor. Solo distinto. Tengo la edad que tenía mi mamá cuando enviudó; y Nico, la de mi papá cuando murió. (Seguimos con las casualidades). Cada tanto me preguntan qué me acuerdo, qué extraño, qué se sintió. Me cuesta responder porque creo que el duelo vino mucho, mucho más tarde. Al menos para mi. En ese momento, creo que apretamos los dientes y le metimos para adelante. Mi mamá, una luchadora incansable, se lleva los laureles de haber criado a sus tres hijos mientras lloraba la pérdida.

Ella es Isa, mi tía, hermana de mamá. Otro súper bastón para todos, SIEMPRE.

Nunca me olvido de algo que me dijo una de mis mejores amigas cuando teníamos 14 años. Se acababa de morir su papá y una señora le dio el mejor consejo que le pudieron haber dado: "El mejor homenaje que le podés hacer, es SER FELIZ". 

Lo tomé como propio y empecé a andar mi vida. Creciendo un poco antes de lo previsto; lidiando con algunos dolores en ese camino; llorando y rabiando mucho; cantando y sacando la bronca; estudiando y viajando el mundo; desandando rutas y creando atajos. Y un día dejó de doler. Dejó se sangrar y cicatrizó. y se transformó en mi día de Hoy. 






Si hoy agregara algo más a aquel consejo que me dio mi amiga, diría que el mejor homenaje es ser feliz y enseñarle a nuestros hijos a que también lo sean, confiando que nuestros planes son simples hojas de ruta. Que el camino lo traza Alguien más, que sabe ver a la perfección, qué es lo mejor para cada uno, al final de ese trayecto.






1 comentarios :

  1. Que emocionante tu relato Vicky!tu rumbo cambio de golpe como tantas veces nos pasa en la vida, y gracias a tu mudanza a Bs As , todas nosotras, tus amigas del michael, tuvimos la dicha y la alegria de poder tenerte como AMIGA y compartir momentos inolvidables, llantos, risas, preocupaciones, pruebas, juegos en los recreos, el coro, los sports, las idas al campo de bechi, miles y miles de momentos espectaculares que marcan y dejan una huella imborrable en cada una.
    en este dia tan especial, a los 28 años de la partida de tu papa, me siento feliz de verte feliz y de como transmitis esto a tus hijas y a Nico. me alegro de que tu dolor haya cicatrizado y de que hayas transformado el dolor en la capacidad de sentirte plenamente feliz.
    te adoro amiga y te mando un abrazo fuertisimo hasta el campo,
    besote, Clari

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POR QUÉ ESCRIBO

POR QUÉ ESCRIBO
Porque hace bien al Alma. Porque sana. Porque me ayuda a no olvidar. Porque me ayuda a recordar. Porque a veces la gente no encuentra el orden exacto de las palabras y yo sí. Porque no siempre sé decir en voz alta. Porque me deja volar un rato y salirme del día a día. Porque algún día mis hijas van a aprender a leer. Y otro día, a escribir. Y van a ser ellas las voces detrás de este teclado y los ojos que van a mirar lo que yo algún día vi.

DETRÁS DEL LENTE

DETRÁS DEL LENTE
Todas las fotos que ven en mi blog las saco yo. Muchas las saqué con mi Cannon G10, máquina que amé y sigo amando, pero ¡ya llegó a su máximo de cliks! Me acompañó desde 2009 hasta el año pasado, que pidió un cambio. Viajó por Tailandia y por Chile; disfrutó de los mejores veranos en la playa en familia; fue testigo de nuestros miles de kilómetros en moto; nos acompañó bajando montañas de nieve; pudo ver cómo nuestra vida en el campo se fue transformando día a día; vio crecer a nuestros perros; retrató las primeras sonrisas de mis hijas. En 2015 pidió un cambio así que, por esas cosas que tiene el azar, Tere, mi íntima amiga, me vendió su Nikon 3500. Todavía no le tengo el aprecio que le tuve a la Cannon (siempre recomendaría esta máquina porque es semi profesional. Me sirvió mucho para vender fotos en las notas que me han publicado). Las demás fotos las saco (y saqué) con el Iphone 6.

ALGO DE MI

ALGO DE MI
Soy una mezcla de todo. Fui charlista de cenáculos, atleta federada, secretaria ejecutiva. Recorrí más de 5.000 kilómetros en moto por el mundo y saqué cientos de fotos desde el asiento de atrás. Caminé con górilas en Ruanda y fui pasante en Para Tí. Viví algunos días en el monte formoseño y otros tanto, en la clínica La Prairie. Soy periodista de profesión, y comunicadora, de vocación. Leí la saga completa de Harry Potter y nunca entendí a Cortázar. Tengo una huerta en mi casa y me gusta cocinar. Soy amiga, esposa, hija, hermana y madre dos niñas que me dieron vuelta el mundo. Tengo 34 años y sigo usando All Stars.