Confieso que había escrito algo para publicar hoy a la mañana, pero costó que saliera de mis dedos. Y tanto costó, que quiso Internet hacerme un favor y romperse en el momento justo. Ese en el que iba a poner Enter y Compartir.
Decidí que hoy no iba a escribir nada. Hasta que llegué a casa y se había apagado la chimenea. Agarré el fuelle nuevo para evitar que se apagara. Entonces, con algunos minutos robados a la siesta de Tania, y con Mila jugando a la maestra acá alrededor, me senté enfrente de la pantalla. Se me vinieron a la mente todas las personas "fuelle" que tengo alrededor. Las que con solo decir una palabra pueden reavivar ese fuego. También pensé en lo fácil que puede ser apagar ese fuego dejándolo estar, sin un soplo de aire. No ser fuelle, no debería ser una opción para nadie. Habría muchos más fuegos encendidos si cada uno se ocupara de serlo desde su lugar.
Me despido en esta tarde gris, con el humor bastante mejorado porque al fin logré teclear algo, corto, pero algo al fin, y logré prender la chimenea una vez más.¡Buen fin de martes para todo el mundo!
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