Torta de chocolate y limón



En esta mañana de viernes, les dejo la receta de la genia de Juliana López May, de chocolate y limón.  Está en su libro Mis sabores preferidos. Es muy fácil, no necesita horno y, si tienen ganas, una vez que se solidifica la parte de arriba, puede quedar rica con algunas frambuesas frescas (o mejor dicho, congeladas, en esta época). 

Espero que el año que viene las puede agregar recién cosechadas de mi huerta. Las últimas tres veces que viajamos a Bariloche trajimos un montón de plantines que agarraron súper bien, pero me distraje y las hormigas hicieron un trabajito demasiado minucioso y se comieron las flores. A mi siempre me da fiaca arrancar a los viveros antes de partir, pero Nico siempre me insiste y está buenísimo porque nos traemos especies autóctonas de allá. Él es fanático de los pinos y de las araucarias; yo siempre busco flores o cosas para la huerta.

Va la receta, ¡a ver si alguien se anima a probarla este fin de semana!

Para 10 porciones:
Para la masa:
200 grs de Chocolinas
100 grs de manteca derretida
¼ de taza de azucar rubia

Enmantecar un molde de torta. Procesar las galletitas y luego agregar el azúcar y la manteca derretida. Forrar el molde con esta mezcla, apretando bien y levantando los bordes. Guardar en el freezer mientras preparamos el relleno.

Para el relleno:
250 grs de crema
6 yemas
1 taza de azucar rubia
1 sobre y medio de gelatina sin sabor
½ taza de jugo de limon caliente

Disolver la gelatina con una cucharada de agua fría y luego agregar el jugo de limón caliente. Batir la crema a punto y agregar la gelatina con el limón. En un bo aparte, batir las yemas con el azúcar a blanco y luego agregar la crema batida. Rellenar el molde y poner en la heladera hasta que solidifique (cuatro horas como mínimo).

Para desmoldar, pasar un cuchillo por los bordes y acercar la base de la fuente a la hornalla. Con la ayuda de una espátula de torta grande, desmoldar y servir.


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POR QUÉ ESCRIBO

POR QUÉ ESCRIBO
Porque hace bien al Alma. Porque sana. Porque me ayuda a no olvidar. Porque me ayuda a recordar. Porque a veces la gente no encuentra el orden exacto de las palabras y yo sí. Porque no siempre sé decir en voz alta. Porque me deja volar un rato y salirme del día a día. Porque algún día mis hijas van a aprender a leer. Y otro día, a escribir. Y van a ser ellas las voces detrás de este teclado y los ojos que van a mirar lo que yo algún día vi.

DETRÁS DEL LENTE

DETRÁS DEL LENTE
Todas las fotos que ven en mi blog las saco yo. Muchas las saqué con mi Cannon G10, máquina que amé y sigo amando, pero ¡ya llegó a su máximo de cliks! Me acompañó desde 2009 hasta el año pasado, que pidió un cambio. Viajó por Tailandia y por Chile; disfrutó de los mejores veranos en la playa en familia; fue testigo de nuestros miles de kilómetros en moto; nos acompañó bajando montañas de nieve; pudo ver cómo nuestra vida en el campo se fue transformando día a día; vio crecer a nuestros perros; retrató las primeras sonrisas de mis hijas. En 2015 pidió un cambio así que, por esas cosas que tiene el azar, Tere, mi íntima amiga, me vendió su Nikon 3500. Todavía no le tengo el aprecio que le tuve a la Cannon (siempre recomendaría esta máquina porque es semi profesional. Me sirvió mucho para vender fotos en las notas que me han publicado). Las demás fotos las saco (y saqué) con el Iphone 6.

ALGO DE MI

ALGO DE MI
Soy una mezcla de todo. Fui charlista de cenáculos, atleta federada, secretaria ejecutiva. Recorrí más de 5.000 kilómetros en moto por el mundo y saqué cientos de fotos desde el asiento de atrás. Caminé con górilas en Ruanda y fui pasante en Para Tí. Viví algunos días en el monte formoseño y otros tanto, en la clínica La Prairie. Soy periodista de profesión, y comunicadora, de vocación. Leí la saga completa de Harry Potter y nunca entendí a Cortázar. Tengo una huerta en mi casa y me gusta cocinar. Soy amiga, esposa, hija, hermana y madre dos niñas que me dieron vuelta el mundo. Tengo 34 años y sigo usando All Stars.