Amos y dueños



Estos días de calorcito otoñal me vinieron muy bien para empezar a limpiar la huerta y prepararla para algunos cultivos nuevos. Y el changüí de tanta lluvia (ahora rezamos por algunas gotas nuevas), también hizo que los benditos yuyos dejaran de crecer tanto. Aproveché las últimas dos mañanas para mover la tierra, poner paja en algunos lugares que por ahora no planeo sembrar (así se mantiene la humedad), tirar semillas de zanahorias, lechugas, habas, puerros, caléndulas, mostazas y acelgas. 




¿Se acuerdan de los coliflores, repollos y brócolis que había puesto en almácigos? Bueno, ya pasaron 6 semanas y les llegó el momento de tocar la tierra. Los planté bastante separados y en varias partes de la huerta para ver dónde agarran mejor. El año pasado los puse muy juntos y luchaban unos con otros para crecer (¡se hacen enormes!). Y lo que hice esta vuelta, además, es cubrirlas con una malla de mosquitero que encontré en el galpón para que los que pájaros no hagan de las suyas apenas están creciendo. Lo ideal sería cubrirlos con unos túneles con esta misma malla. Tengo planes de armarlos este año. Vamos a ver si me da el tiempo.

Repollo después de seis semanas en bandeja de almácigos


Lo simpático de esta vuelta, y esta parte del post va dedicada a mi hermana paisajista, que cada vez que viene a casa se sorprende porque hago cosas que  nunca imaginó que me vería hacer, es que además de mover la tierra, me dediqué a limpiar el gallinero y juntar en un balde todos los "restos" que fueron dejando las señoras aves. (Mientras escribo, aprendo que al popó de gallina se le dice gallinaza). De ahí, seguí al corral de las ovejas e hice lo mismo con lo de estas otras señoras. Con eso en mano, me fui a la huerta y lo eché en la tierra, lo mezclé un poco y lo cubrí con paja otra vez. 

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Sí, ya sé, es un asco. Este es de ovejas. Hace unos meses, le di unos arándanos a Mila y me dijo automáticamente: "Mamá, esto es popó de oveja".


Trato de llevarlas todas las tardes a las chicas a ver las ovejas. Las encerramos (si antes no las encerró alguien más o Nico) y les damos maíz. A las dos les encanta el programa y se meten en el corral a correrlas como si nada.


Me río sola cuando me veo haciendo estas cosas. Juntando restos de frutas y verduras para mis gallinas y preocupándome cuando a una de ellas se le está cayendo el copete porque está viejita y ya no da más huevos (nuestra teoría es que se estresó cuando los perros se encargaron de matar a sus compañeras). 

La semana pasada, cuando Mechi, mi hermana, estaba en casa, escucho que grita: "¡¡¡Un hombre, necesito un hombre que me ayude!!!". Me asusté y corrí a ver qué le pasaba. Estaba parada en un rincón de la cocina mirando cómo una familia de seis sapos se amontonaban como queriendo huir de sus alaridos. Sin dudarlo, los agarré a los 5 de las patas (el sexto estaba muerto así que ese lo sacamos con una escoba), y los tiré afuera. Mechi era la que, cuando éramos chiquitas y vivíamos en el campo, salía a cazar palomas con mi hermano y volvía con unos cuantos bichos entrelazados en sus manos, con cara de nada. Nunca la pude entender.

Hoy cambiamos de bando. Me toca lidiar con sapos, arañas, gallinas, perros y ovejas todos los días.

Ese mediodía ella me miraba y se reía y decía: "No puedo creer que vos estés haciendo esto". Es que la vida acá no te da otra alternativa. O aprendés a vivir con ellos, que son amos y dueños del lugar, o te vas. Yo ya elegí hace un tiempo.










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POR QUÉ ESCRIBO

POR QUÉ ESCRIBO
Porque hace bien al Alma. Porque sana. Porque me ayuda a no olvidar. Porque me ayuda a recordar. Porque a veces la gente no encuentra el orden exacto de las palabras y yo sí. Porque no siempre sé decir en voz alta. Porque me deja volar un rato y salirme del día a día. Porque algún día mis hijas van a aprender a leer. Y otro día, a escribir. Y van a ser ellas las voces detrás de este teclado y los ojos que van a mirar lo que yo algún día vi.

DETRÁS DEL LENTE

DETRÁS DEL LENTE
Todas las fotos que ven en mi blog las saco yo. Muchas las saqué con mi Cannon G10, máquina que amé y sigo amando, pero ¡ya llegó a su máximo de cliks! Me acompañó desde 2009 hasta el año pasado, que pidió un cambio. Viajó por Tailandia y por Chile; disfrutó de los mejores veranos en la playa en familia; fue testigo de nuestros miles de kilómetros en moto; nos acompañó bajando montañas de nieve; pudo ver cómo nuestra vida en el campo se fue transformando día a día; vio crecer a nuestros perros; retrató las primeras sonrisas de mis hijas. En 2015 pidió un cambio así que, por esas cosas que tiene el azar, Tere, mi íntima amiga, me vendió su Nikon 3500. Todavía no le tengo el aprecio que le tuve a la Cannon (siempre recomendaría esta máquina porque es semi profesional. Me sirvió mucho para vender fotos en las notas que me han publicado). Las demás fotos las saco (y saqué) con el Iphone 6.

ALGO DE MI

ALGO DE MI
Soy una mezcla de todo. Fui charlista de cenáculos, atleta federada, secretaria ejecutiva. Recorrí más de 5.000 kilómetros en moto por el mundo y saqué cientos de fotos desde el asiento de atrás. Caminé con górilas en Ruanda y fui pasante en Para Tí. Viví algunos días en el monte formoseño y otros tanto, en la clínica La Prairie. Soy periodista de profesión, y comunicadora, de vocación. Leí la saga completa de Harry Potter y nunca entendí a Cortázar. Tengo una huerta en mi casa y me gusta cocinar. Soy amiga, esposa, hija, hermana y madre dos niñas que me dieron vuelta el mundo. Tengo 34 años y sigo usando All Stars.